El recto andar del agua prisionera
se hizo círculo y copla en tus ardores,
pan de roca, en tu danza molinera,
alegres de tus albas mis rumores.
Sol de espigas, tus labios giradores,
labios del llanto, pesadez ligera,
enmudecen tu amarga primavera,
luna muerta en el llanto de las flores.
Hoy te miro, descanso del camino,
moneda del recuerdo abandonada
en la quieta nostalgia del molino.
Cíclope triste, el ojo sin mirada
y la forma andadora sin destino,
en el eje del aire atravesada.
Dionisio Ridruejo Jiménez (Burgo de Osma, Soria, 12 de octubre de 1912 – Madrid, 29 de junio de 1975
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